lunes, 31 de enero de 2011

Apis Melifera

Camara Kodak DX6490 con Raynox DCR250. F8 a 1/125. Tarragona (Spain)

La abeja colecta el polen de las flores, que se adhiere a los pelos de su cuerpo cuando en contacto con los estambres, cepillándose con los "peines tibiales" y aglutinando los granos en "pelotas" o gránulos, que son transportados en las pequeñas curvaturas de las patas posteriores.
Los transporta a la colmena, donde es depositado en los alveolos de los panales, siendo comprimido por la cabeza de las abejas obreras, para obtener una masa compacta. Esa masa sufre transformaciones, no sólo por el alto índice de humedad y de temperatura interna de la colmena, que gira en torno de 35ºC, mas también por la acción de secreciones salivales de las abejas, ricas en enzimas, y mezcladas con néctar.
Al término de estas transformaciones esta masa es denominada "pan de las abejas".
Este "pan de las abejas" es por ellas utilizado como alimento proteico desde el período larval hasta el fin de su vida adulta.


El polen es colectado por Apis mellifera a temperaturas de 8º a 11ºC, pero a mayores temperaturas la condición se reduce significativamente, ahora bien, cuando la velocidad del viento está por encima de 17 Km/h la actividad de pecoreo de polen es moderada y cesa a 33.8 Km/ h. Mas aun cuando la humedad relativa.




La actividad de las abejas es muy organizada: durante los primeros días, la obrera se encarga de la limpieza de las celdillas y la alimentación y cuidado de las larvas. Después le sigue un período de producción de cera, construcción de celdillas y panales, almacenamiento de alimento y guardia en la puerta (los forasteros son reconocidos por el olor y muertos a aguijonazos). En los últimos 14 días de su vida se dedican al servicio de la recolección. Para ello se orientan sobre todo mediante los ojos, que no pueden percibir el rojo, pero sí el ultravioleta, invisible para el hombre y todos los demás colores. Las flores, que para una personas son blancas, resultan multicolores para las abejas domésticas.


Cuando hay alimento a una distancia aproximada de 100 metros de la colmena, la obrera, al volver a ella, efectúa una danza en círculos que no informa de la dirección en que se halla el alimento. Las otras abejas son estimuladas por esta danza, y buscan en todas direcciones siguiendo el olor que la bailarina trae consigo. Cuando existe una fuente de alimentación a más de 100 m de distancia, es la danza en zig-zag la que sirve de medio de comunicación: la descubridora baila moviendo el abdomen hacia uno y otro lado, formando figuras en ocho, cuyo eje central señala la dirección donde se encuentra el alimento, en relación con la posición del sol; por la frecuencia de la danza calculan la distancia, y por el olor, el tipo de flor que la abeja ha visitado antes. Este lenguaje es diferente en las distintas especies y razas de abejas. La orientación del vuelo sigue las marcas territoriales, la posición del sol y la luz del cielo polarizada, que desmpeñan el papel de brújula.

2 comentarios:

Pau dijo...

Os superais Nico, la pagina es buenisima, y ahora con musica. Puedes subir un tutorial en foco de como lo has hecho, es que he visto unos cuantos y son un coñazo.
enhorabuena

jorapavi dijo...

Estoy sorprendido de la calidad que da la Raynox en manos expertas, sé lo difícil que es sacar las abejas tan bién. Saludos